hoy vamos a dar un paso más y hablar del pasivo no corriente, un concepto fundamental para entender cómo se financia una empresa a largo plazo y además entenderemos otro de los apartados del Balance.

¿Estás estudiando contabilidad y te cuesta entender la diferencia entre pasivo corriente y no corriente?

Tranquilo, este artículo te lo explica todo de forma sencilla, con ejemplos y un lenguaje que no te hará bostezar.

¿Qué es el pasivo no corriente?

El pasivo no corriente está formado por las deudas y obligaciones que tiene una empresa y que no se espera pagar en el corto plazo, es decir, en más de un año desde la fecha del balance.

Dicho de otra forma: si la empresa debe dinero a largo plazo (por ejemplo, un préstamo bancario a 5 años), esa deuda forma parte del pasivo no corriente.

¿Para qué sirve el pasivo no corriente?

El pasivo no corriente sirve para que las empresas puedan financiarse a largo plazo.

Por ejemplo, si una empresa quiere comprar maquinaria o construir una nave, es normal que necesite dinero y lo pida prestado.

Como va a tardar varios años en devolverlo, esa deuda entra en esta categoría.

Gracias al pasivo no corriente, la empresa puede crecer sin necesidad de pagar todo al contado.

El pasivo no corriente en el balance

En el balance de situación, el pasivo se divide en dos bloques:

1. Pasivo no corriente (a largo plazo)

    

2. Pasivo corriente (a corto plazo)

    

El pasivo no corriente se coloca en la parte superior del pasivo, justo después del patrimonio neto.

Recuerda: en el balance, todo tiene que cuadrar. Activo = Patrimonio Neto + Pasivo.

Y dentro del pasivo, distinguimos entre corriente y no corriente.

Diferencia entre pasivo corriente y pasivo no corriente

Esta es una de las dudas más comunes. Vamos a aclararla con una tabla sencilla:

Clasificaciones del pasivo no corriente

Dentro del pasivo no corriente podemos encontrar varias subcategorías, dependiendo del tipo de deuda u obligación:

1. Deudas a largo plazo con entidades de crédito (préstamos bancarios)

    

2. Obligaciones y bonos emitidos

    

3. Acreedores a largo plazo (por ejemplo, proveedores con acuerdos especiales de pago)

    

4. Provisiones a largo plazo (para cubrir gastos futuros, como indemnizaciones o garantías)

    

5. Pasivos por impuestos diferidos

    

Cada una de estas partidas se recoge con una cuenta contable diferente.

¿Cómo se calcula el pasivo no corriente?

No es que haya una fórmula mágica, pero sí un procedimiento muy claro:

1. Revisa todas las deudas y obligaciones de la empresa.

    

2. Clasifica cada una según su vencimiento.

    

3. Suma solo aquellas que vencen en un plazo superior a un año.

    

Ejemplo práctico:
Una empresa tiene estos pasivos:

• Préstamo bancario: 100.000 € (se paga en 5 años)

   

• Deuda con proveedores: 20.000 € (a pagar en 3 meses)

   

• Provisión para indemnizaciones en 2 años: 15.000 €

   

El pasivo no corriente será de 100.000 € + 15.000 € = 115.000 €

Cuentas contables del pasivo no corriente

En el Plan General de Contabilidad (PGC), el pasivo no corriente se recoge en el Grupo 1, concretamente en estas cuentas:

• 170. Deudas a largo plazo con entidades de crédito

   

• 171. Deudas a largo plazo con empresas del grupo

   

• 172. Obligaciones y bonos a largo plazo

   

• 174. Efectos a pagar a largo plazo

   

• 175. Acreedores por arrendamiento financiero a largo plazo

   

• 140. Provisión para responsabilidades

   

• 147. Pasivos por impuestos diferidos

   

Ejemplo del pasivo no corriente de una empresa

Imagina el balance de una empresa que fabrica muebles.

En su pasivo no corriente podemos encontrar:

• Préstamo bancario a 5 años para renovar maquinaria: 200.000 €

   

• Provisión por garantías de productos: 10.000 €

   

• Bonos emitidos a 3 años: 50.000 €

   

En total, su pasivo no corriente sería de 260.000 €.

Este dinero se ha utilizado para mejorar la empresa y se devolverá a largo plazo.

Conclusión

El pasivo no corriente representa las deudas a largo plazo que permiten a una empresa crecer, invertir y desarrollarse.

Es una parte esencial del balance y un concepto que debes dominar si estás estudiando contabilidad.

Recuerda: no todo lo que debe una empresa se paga de inmediato.

Si se paga en más de un año, seguramente forme parte del pasivo no corriente.

¿Te ha quedado claro? En el siguiente artículo hablaremos del pasivo corriente, para que sigas completando el mapa mental del balance.